La ONU acusó ayer a la Junta Militar birmana, que gobierna el país con puño de hierro desde 1962, de frenar la ayuda internacional impidiendo la entrada en el país del personal especializado en emergencias humanitarias, que espera en la vecina Tailandia la concesión de visados mientras aumenta la gravedad de la tragedia.
La ONU acusó ayer a la Junta Militar birmana, que gobierna el país con puño de hierro desde 1962, de frenar la ayuda internacional impidiendo la entrada en el país del personal especializado en emergencias humanitarias, que espera en la vecina Tailandia la concesión de visados mientras aumenta la gravedad de la tragedia.
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El propio Gobierno de Myanmar admitió ayer que el número de muertos causado por el ciclón Nargis se eleva a 22.500 y que hay más de 41.000 desaparecidos. Las críticas internacionales responsabilizan a la dictadura de no haber evacuado ni advertido a la población del riesgo que corría, y los pocos birmanos que han logrado contactar con el extranjero acusan a algunos soldados de participar en saqueos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 7 de mayo de 2008