El Consello de la Xunta reguló ayer la actividad de los establecimientos de restauración denominados furanchos, las tabernas ocasionales nacidas para vender el exceso de producción vitivinícola en algunas bodegas. A partir de ahora serán considerados un nuevo grupo de establecimientos turísticos de restauración, distintos de bares, cafeterías y restaurantes. No podrán vender vino embotellado y deberán cumplir unas condiciones mínimas.
En la misma reunión, el Gobierno aprobó sendos decretos para regular el conocimiento del gallego en la provisión de puestos reservados a funcionarios con habilitación de carácter estatal y para crear el registro de policías locales de Galicia.
El Ejecutivo adoptó además varias medidas económicas. La primera de ellas hará posible destinar 6,5 millones a un programa plurianual de ayudas a la internacionalización de las empresas gallegas. La segunda permitirá al Igape destinar 2,1 millones a subvencionar los tipos de interés de préstamos dirigidos a explotaciones ganaderas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 9 de mayo de 2008