Después de varias horas de interrogatorios y ya de madrugada, un juez de Cambados decretó el ingreso en prisión del vecino de O Grove (Pontevedra), Juan Carlos Bea Otero, de 47 años, al hallar indicios de una presunta agresión sexual a su hija mayor de 12 años y supuestos malos tratos en el ámbito familiar.
El detenido sólo admitió haber pegado a su hija en alguna ocasión, pero negó la acusación de abusos sexuales que varios informes médicos avalan como prueba indiciaria. La evaluación sanitaria de la menor motivó la detención de Juan Carlos Bea Otero el pasado martes.
Fue la propia niña la que confesó a su madre lo que estaba ocurriendo en casa. La Guardia Civil montó un dispositivo para localizar al presunto agresor, un hombre vinculado al mar, al que arrestaron pocas horas después.
Antes de ordenar su ingreso en la cárcel de A Lama, el magistrado tomó declaración a la pequeña y a su madre, que reiteró anteriores denuncias que había presentado ante la Guardia Civil por malos tratos tanto hacia ella como a sus hijos.
Los servicios sociales del ayuntamiento de O Grove ya conocían el caso desde hacía tiempo. Habían prestado asistencia económica a la familia porque el padre carecía de un trabajo estable, y gestionaban la escolarización de los menores. El matrimonio llevaba doce años casado y tenía seis hijos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 11 de mayo de 2008