Los Mossos acusaron ayer a los dos licenciados de la farmacia Coliseum de Barcelona que vendieron sulfato de manganeso etiquetado como sulfato de magnesio. El error, originado por el laboratorio Genox Farma, que distribuyó a la farmacia el producto mal identificado, causó la intoxicación de 22 personas, 6 de las cuales fueron hospitalizadas y una de ellas falleció el pasado 20 de abril. A la espera de la autopsia, la causa de la muerte -un colapso renal- cuadra con los efectos de la ingesta del producto. La investigación policial se salda con cuatro implicados por un delito de homicidio, otro contra la salud pública y varios delitos de lesiones: los dos administradores de Genox, cuyo local fue clausurado, y Joan Alegre y Julio Rodríguez, licenciados de la farmacia.
Los Mossos culpan a estos últimos de no haber detectado el error antes de vender el producto. La farmacia recibió unos 10 kilos del producto y lo manipuló para envasarlo en lotes de 100 y 250 gramos. En ese proceso se omitieron los controles necesarios para verificar con qué materia prima operaban. Así lo establece un decreto que obliga a las farmacias a identificar la sustancia que reciben y a comprobar el producto final. Un control necesario porque el sulfato de magnesio se enfrascó para venderlo como purgante: en tales dosis, se considera un preparado y debe regirse por el decreto.
El producto pudo ser embalado por personal inexperto. Así lo declaró uno de los intoxicados a los Mossos, ya que ambas sustancias se distinguen a simple vista por un profesional. "El magnesio es blanquecino y el manganeso, rosado. Cualquier experto lo habría advertido", explicó a este diario un afectado.
El atestado, elaborado conjuntamente por los Mossos y el Departamento de Salud, fue remitido al Juzgado de Instrucción número 4 de Terrassa, que instruye el caso.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 17 de mayo de 2008