Soy una de los miles de jóvenes que tras el anuncio de las facilidades que el Gobierno nos proporcionaba para la emancipación nos hemos lanzado de cabeza a buscar y alquilar un piso que podemos pagar por los pelos, convencidos de que nuestra situación económica mejoraría en el momento en que las ayudas comenzasen a ser otorgadas.
De esto hace ya cuatro meses y el mutismo de todas las entidades y personalidades sobre el asunto empieza ya a ser insultante si consideramos que miles de jóvenes estamos viviendo en una situación de precariedad económica, en espera de alguna respuesta a nuestra solicitud para poder tomar decisiones en consecuencia. Lo que reclamo es que no caiga en el olvido un dinero que está en el presupuesto del Estado para que desde enero del 2008 se comiencen a tramitar, estudiar y otorgar las ayudas para la emancipación de las que tanto se habló en la precampaña electoral. Ya no es un tema electoral, es una cuestión de supervivencia para miles de aventureros que decidimos abandonar la confortable madriguera parental para ya, acercándonos a los 30, comenzar nuestra propia vida. ¿En qué situación del proceso de adjudicación se encuentran estas ayudas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 22 de mayo de 2008