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Cuatro personas relatan cómo sobrevivieron en medio de la devastación causada por el seísmo | LI MING, 33 AÑOS

"Las tejas caían como nieve"

El día en que la tierra tembló, Li Ming se encontraba trabajando en una fábrica de sal en Beichuan, una población de 13.400 almas, situada a 160 kilómetros de Chengdu (capital de Sichuan), que quedó pulverizada por el seísmo. "Todo comenzó a moverse. Salimos corriendo del edificio y nos refugiamos junto a unos árboles. Pero se me vino un muro encima. Las tejas de los edificios caían como nieve, todo se llenó de polvo y no se veía nada", cuenta con la cabeza vendada.

Cuando cesó el temblor, Li fue a buscar a su familia, pero su casa ya no era más que ruinas. "De los siete miembros de mi familia, sólo quedamos tres", dice mientras las lágrimas afluyen a sus ojos. Aquella noche fue una auténtica pesadilla. "Los supervivientes se congregaron en la plaza. No había luz, y todo el mundo estaba aterrorizado. Las réplicas continuaban, y algunas casas seguían desplomándose. La primera ayuda no llegó hasta el día siguiente".

Él escapó sólo con una brecha en la cabeza y unos rasguños.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 24 de mayo de 2008