Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra
La lidia | Feria de San Isidro

El diestro herido tiene dos cornadas de 20 centímetros

Unos 20 centímetros de cornada en cada muslo se ha llevado Frascuelo a cambio de irse a los medios, dar distancia al toro y ponerle la muleta como se debe. La del muslo izquierdo tiene otra trayectoria de 15 centímetros. La cosa no iría más allá, que ya es ir, si el mencionado toro no hubiera sido un santacoloma de San Martín, reservón y con sentido, como toda la corrida salvo el último, y el torero no hubiera sido Carlos Escolar Frascuelo, hecho un novillero a sus 59 años. Su banderillero Luis Carlos Aranda, que le había puesto a ese mismo toro dos pares extraordinarios, comenta en nombre de la cuadrilla su sentir ante lo acontecido: "Estamos doloridos, pero a la vez contentos porque hemos visto por parte del maestro unos momentos de torería fantásticos".

En el otro extremo de la balanza la bisoñez de Israel Lancho, un torero valiente que no se afligió nunca, a pesar de las dificultades del ganado, y que a punto estuvo de cortarle una oreja a ese Cuadri bueno que, por fin, acabó por salir y salvar la corrida: "Lo hemos rozado, pero no ha podido ser. Dios habrá querido que sea así y me toca seguir luchando y seguir entrenando y pidiendo una oportunidad. Los aplausos del público son lo mejor que me llevo, pero también me voy con el alma partida". Se le pregunta por su fallo a espadas: "Es una pena porque he estado matando toros en el campo y era con lo que más seguridad venía. La emoción me ha traicionado". Y como intención de futuro lo tiene claro: "Ojalá que me valoren lo que he hecho hoy aquí, que sólo tengo una corrida de toros más". La verdad es que Israel mereció ayer ese reconocimiento que pide.

Iván García salió muy contrariado de su actuación y no estaba para hablar. Se le respeta y reconoce su sentimiento.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 26 de mayo de 2008