La desaparición progresiva de los aranceles y prohibiciones sobre la exportación de arroz está llevando un poco de calma a los precios. Ayer cayeron más de 50 céntimos (cerca del 2,5%) en la Bolsa de Chicago, después de que Camboya, gran exportador, anunciara que permitirá salir arroz de sus fronteras tras dos meses de negativas.
Los elevados precios que ha alcanzado el cereal blanco, alimento básico de medio mundo, llevaron a muchos países a imponer medidas especiales sobre las exportaciones para evitar quedarse sin reservas. Ahora tímidamente empiezan a retirarlas, y cada apertura supone una bocanada para los mercados. La mayor caída se registró el pasado 24 de abril, cuando llegaron a recortarse los precios un 5,35% tras el anuncio de exportaciones de Japón y Pakistán. Vietnam habla de suavizar sus restricciones en julio. La India, sin embargo, no cederá. Su secretario de comercio, Gopal Pillai, aseguró ayer a Reuters que no piensan retirar las prohibiciones que mantiene desde marzo, aunque sí permitirán acuerdos especiales con ciertos países.
A pesar de que los mercados se relajan, los países se afanan para aumentar su producción, especialmente aquellos que dependen más de la importación. En Filipinas, por ejemplo, el Gobierno está animando a las compañías privadas a identificar miles de hectáreas que sean susceptibles de convertirse en arrozales, según aseguraba ayer la agencia Bloomberg. Los granjeros de la India y Bangladesh comenzarán el año próximo a plantar una variedad de cereal a prueba de inundaciones. La planta puede sobrevivir hasta dos semanas bajo el agua y, según el Instituto Internacional de Investigación del Arroz, aguantará incluso ciclones como el que asoló Myanmar.
En los próximos meses, organismos internacionales como la FAO, agencia de alimentación de la ONU, esperan que los precios de los alimentos sigan bajando gracias a las cosechas récord. La de trigo, por ejemplo, aumentará hasta el 8,7%, lo que calmará el exceso de demanda.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 28 de mayo de 2008