Alemania se ha propuesto defender la participación que uno de sus Estados tiene en el fabricante alemán Volkswagen. Ayer aprobó un proyecto de ley que actualiza la llamada ley Volkswagen, gracias al que el Estado federal alemán de Baja Sajonia mantendrá su poder de bloqueo en las decisiones importantes de la firma.
El texto, aprobado por el Consejo de Ministros, especifica que para que las decisiones estratégicas del fabricante sean efectivas, el 80% de los accionistas deben estar de acuerdo. La Baja Sajonia mantiene más del 20% de los títulos, por lo que su negativa impediría llevar a cabo cualquier acción. El derecho común para las empresas alemanas indica sin embargo que sólo es necesario el 75% de los votos favorables.
La decisión no ha gustado a la marca de lujo Porsche, principal accionista de Volkswagen con el 31% de los títulos y que aspira a aumentar su participación. Se opone a este privilegio. Y podría no ser el único, ya que la Comisión Europea estudiará la ley y la llevará ante la justicia si la considera injustificada. "No entendemos por qué el Gobierno alemán se arriesga a emprender un conflicto con las autoridades europeas", declaró ayer un portavoz de Porsche.
Las discusiones al respecto de esta reforma han durado meses y han provocado duras tensiones en el Gobierno de Angela Merkel, que finalmente ha decidio apoyar a la región sajona, respaldada por el influyente sindicato IG Metall.
La renovación de la normativa se ha producido después de que el Tribunal de Luxemburgo declarara ilegal el pasado año una cláusula de la ley del grupo, que impedía a cualquier accionista superar el 20% de los derechos de voto, fuera cual fuera su participación en la empresa. Con ella, Volkswagen pretendía blindarse contra una OPA hostil. Después del rechazo, fue el Gobierno alemán el que tomó las riendas de la renovación de la normativa, con el fin de proteger los intereses sajones.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 28 de mayo de 2008