La huelga de autobuses de Mohn, que gestiona 23 líneas del Baix Llobregat, se radicaliza. El martes se inició un periodo de paros, que afecta a 40.000 usuarios, con violencia: "Los trabajadores lanzaron huevos contra un autobús y hubo un altercado con dos pasajeros", explicó ayer Víctor Conesa, director de Mohn. Conesa denunció que los huelguistas habían robado las llaves de dos autobuses y habían pinchado las ruedas de cinco vehículos más.
Un portavoz sindical reconoció el incidente de los huevos y las ruedas pinchadas. "Es una reacción no deseable, pero lógica", afirmó. La patronal y los trabajadores andan a la greña por media hora de descanso entre viajes, que los sindicatos reclaman cobrar. Habrá paros siete días alternos hasta el 12 de junio. Los trabajadores, que ayer cortaron la carretera C-246 en Viladecans, iniciarán una huelga indefinida el día 16.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 29 de mayo de 2008