Pep Guardiola llegó ayer finalmente a un acuerdo con el Barcelona para entrenar a la plantilla profesional durante dos temporadas. El mandato del presidente, Joan Laporta, expira precisamente en 2010 y, según los estatutos, no puede aspirar a la reelección. Además, la gestión de Laporta podría ser sometida en julio próximo a un voto de censura después de que el grupo encabezado por Oriol Giralt haya anunciado que hoy presentará más de 8.000 firmas -las necesarias son 5. 882- para forzar la consulta sobre el dirigente. Guardiola no ha querido que su compromiso sobrepasara el ciclo de Laporta.
El contrato de Guardiola, que se firmará los próximos días, prevé una ficha inferior a la que percibía Frank Rijkaard al tiempo que premiará especialmente los objetivos alcanzados. En cualquier caso, no será presentado como entrenador del Barcelona hasta que concluya la fase de ascenso a la Segunda División B. Al filial, a sus órdenes, le aguarda el sábado el partido de vuelta de la primera eliminatoria y, de superarla, se enfrentará posteriormente al vencedor del enfrentamiento Langreo-Barbastro.
Mientras tanto, la dirección deportiva del Barcelona prosigue las negociaciones para renovar la plantilla. El club ofrece unos 15 millones por el central uruguayo Martín Cáceres, propuesta que el Villarreal rechaza momentáneamente -la cláusula de rescisión del jugador cedido al Recreativo la pasada temporada es de 20 millones-, y ha llegado a un acuerdo con el centrocampista Alexander Hleb, aunque le falta negociar todavía con el Arsenal. El secretario técnico, Txiki Begiristain, habló el martes pasado con el agente de Hleb en Kaiserslautern con motivo del partido amistoso que la selección de Bielorrusia disputó en esa ciudad alemana.
El equipo azulgrana aspira a contratar, además, a un delantero y un centrocampista y continúa su pulso con el Sevilla para la incorporación del lateral Alves.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 29 de mayo de 2008