Como si de un bucle interminable se tratara, el Festival de Peñíscola arrancó ayer con un nuevo director, el cuarto en cuatro años, y un equipo de organización que se estrena después de solo un mes preparando el evento. Algo que se repite en las últimas ediciones. Lo hizo con la alegría de celebrar su 20º aniversario y con la tristeza de una jornada pasada por agua, a causa de la pertinaz lluvia que cayó sobre la localidad castellonense durante todo el día.
El Gran Wyoming y Beatriz Montañez presentan la gala de apertura
La lluvia, sin embargo, no empañó el homenaje que el certamen propinó al montador español José Salcedo, uno de los técnicos más reconocidos del cine español. Salcedo, montador de la vieja escuela, acostumbrado a la moviola más que a las nuevas tecnologías, explicó su pasión por un trabajo que "puede arruinar una mala película", por lo que confesó preferir una técnica que parece en desuso en el cine actual: montar los filmes a medida que se ruedan. Fue, por supuesto, la estrella invitada en la gala de apertura del festival, presentada por El Gran Wyoming y Beatriz Montañez, que sirvió para dar paso a las proyecciones de la sección oficial, que comienzan hoy.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 1 de junio de 2008