Una versión restaurada y con música en vivo de Metrópolis, la mítica película que Fritz Lang dirigió en 1926, será el postre de lujo del Festival de Cine alemán que comenzó ayer en la sala Palafox de Madrid. Las proyecciones de este filme clásico, una joya para los aficionados, se celebrarán durante el fin de semana. Antes de esos pases, se habrán proyectado otras 21 películas del cine alemán más reciente, que incluye estrenos absolutos como Un conejo sin orejas, El otro o Beautiful bitch, junto a una retrospectiva de éxitos de la cinematografía germana como Lutero, Cuatro minutos o Deliciosa Martha.
El festival, que este año cumple su décima edición, se abrió ayer con Un conejo sin orejas, una comedia romántica realizada por Till Schweiger que ha triunfado entre el público alemán en los últimos meses. Su actriz protagonista, Nora Tschirner, manifestó ayer en Madrid que el festival había elegido esa película para la inauguración por tratarse de "un filme muy representativo del cine alemán, pese a ser muy comercial".
Esta cita cultural llega en un momento en el que el cine alemán vive una de sus épocas más fructíferas, con películas avaladas por el público y por la crítica en varios países. Los oscars concedidos a En un lugar de África o La vida de los otros en los últimos años, junto a los éxitos de cintas como Good bye, Lenin, El hundimiento o Al otro lado, han recuperado el prestigio del séptimo arte germano. El director del Festival de Cine alemán, Stefan Schmitz, atribuye los éxitos a la frescura e independencia de criterio de las nuevas generaciones, que han abordado "sin complejos y en todo tipo de géneros" temas como el nazismo, el comunismo o la emigración.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 4 de junio de 2008