Es de justicia que el juez Grande-Marlaska haya ordenado retirar el nombre de un terrorista a un parque de Hernani. Era un insulto para las víctimas y personas de buena fe. Ojalá algún día podamos ver que de nuestro callejero desaparecen los nombres de los golpistas que condujeron a España a una guerra civil, que Franco sea depuesto como alcalde perpetuo de ciudades y pueblos, y que un monumento consagrado al terror como el Valle de los Caídos deje de ser depositario de tan siniestra memoria. Es un insulto para las víctimas y personas de buena fe.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 7 de junio de 2008