Los toys no son otra cosa que muñecos, pero como fueron creados para una generación de posadolescentes en eterno estado de premadurez, pues se les bautizó en inglés. Surgidos a mediados de los noventa como prueba del peterpanismo de los babyboomers, los toys son juguetes destripados de cualquier uso lúdico en pos de un esteticismo nostálgico. Aunque parezca ya casi una tomadura de pelo, los toys también evolucionan.
- Era... Formas kitsch, recuerdos a la estética de dibujos animados, filia por todo lo japonés, por los colores primarios y por las formas robóticas. Al principio, sólo se trataba de recordar los trastos con los que se jugaba en la infancia, pero con un toque actual e irónico.
- Es... Y con ellos llegó el rock. Desde la primigenia serie de James Jarvis, The in cowd, hasta el muñeco de Kurt Cobain que salió al mercado hace un par de años. No hay tienda de discos o de turistadas que no tenga sus toys de Kiss (en la imagen) o los Ramones.
- Será... El minimalismo llega una década tarde. Así, desde Silas hasta Ftacat, minúsculos toys redondeados y de colores flúor recuerdan iconos como los Teletubbies o Mr. Potato. Estos toys están construidos con materiales no tóxicos. Los niños pueden también jugar sin peligro.
Y es que los babyboomers
ya son padres.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 7 de junio de 2008