La cobertura que se da en todos los medios a José Tomás, en particular, y a los toros, en general, es de una sinrazón impresionante. Imagino a gente de Europa, Australia, etcétera, del llamado Primer Mundo (al que se supone debemos pertenecer), leyendo a través de la web los medios digitales españoles y lo único que deben pensar es cómo pueden todavía disfrutar de un llamado arte cuando hay tanta sangre y sufrimiento de un animal... y todo ello acompañado por las máximas autoridades del Estado aplaudiendo y disfrutando. Recuerda al Coliseum romano de hace 2.000 años.
Las razones culturales que se dan ya no tienen solidez; hace algún tiempo existían también los castrati con una voz preciosa, pero eso no impidió que la belleza de un espectáculo dejase ver la realidad de sufrimiento de unos niños.
España debe evolucionar, no podemos ser considerados un país de primer orden si todavía existe una base de sinrazón y cultura mal entendida, y además alentada por los más altos estamentos del Estado.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 9 de junio de 2008