Uno de los tres heridos en la explosión de material pirotécnico manipulado ilegalmente en una vivienda unifamiliar de Estivella seguía, al cierre de esta edición, en estado muy grave. Tiene 65 años y se encuentra ingresado en la unidad de quemados del hospital La Fe. Su mujer, de 62 años, y su hija, de 28, se recuperaban, según fuentes sanitarias, de forma favorable.
Un equipo de agentes de la Guardia Civil en el que participan expertos en incendios y en explosivos se ha hecho cargo de la investigación para determinar, entre otras cosas, la cantidad de pólvora que había en la vivienda.
El matrimonio herido, jubilado, pasaba en Estivella, a las afueras de la pedanía de Beselga, fines de semana y vacaciones. El pasado fin de semana estaba con ellos su hija. La casa, de tres plantas, era un taller pirotécnico clandestino. El sábado por la noche, cuando ocurrieron los hechos a las 23.00, manipulaban masclets. Una gran explosión y otras cuatro menores destrozaron la casa, lanzaron los muebles a varios metros del edificio. La Guardia Civil sacó varias cajas de masclets de lo que fuera el garaje.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 10 de junio de 2008