"Detrás de cada fotografía hay una historia", asegura Sergio Gálvez, comisario de la exposición Presas de Franco, que desde la semana pasada ofrece la Universitat de València en su sede histórica de La Nau. Una muestra que ofrece más de 100 imágenes, muchas de ellas con decenas de rostros femeninos, y, por supuesto, cada una de esas mujeres con su propia tragedia. Las fotos describen mujeres encerradas por sus ideas, obligadas a hacer el saludo fascista o sometidas a programas de "regeneración" con la connivencia de la Iglesia. La muestra también ofrece 11 testimonios orales en formato Mp3 de unas pocas de esas mujeres. "Que mi nombre no se borre de la historia", pide una de ellas a través de los cascos. "Es difícil no estremecerse con el propio relato de las presas", advierte Gálvez. La exposición está dividida en siete ejes, que reflejan desde los trabajos forzosos en los penales hasta la situación de las prostitutas, desde los castigos corporales y las ejecuciones hasta los movimientos de resistencia. Quizá uno de los más conmovedores sea el de los niños en la prisión, que para ellas significaba la peor de las torturas. Son ejemplos de "la política de exterminio de la dictadura franquista contra todo aquel que consideró su adversario".
Presas de Franco.
Sala Thesaurus. La Nau (calle de la Universitat, 2, Valencia). Del 5 de junio al 5 de octubre. De martes a sábado, de 10.00 a 14.00 y de 16.00 a 20.00. Domingos de 10.00 a 14.00.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 10 de junio de 2008