Milagrosa Martínez, presidenta de las Cortes, hizo gala ayer de su peculiar concepción del respeto que merece la institución parlamentaria. Durante la reunión de la Junta de Portavoces, Martínez pidió a los grupos parlamentarios que controlen las actitudes de sus invitados a los plenos. La presidenta aludió a un grupo de trabajadores del Grupo Levantina, primer exportador de mármol de España, que esgrimieron unas pancartas del tamaño de un folio cuando Lluís Torró, diputado de Compromís, se interesó por su futuro el pasado miércoles por la tarde.
También aludió a los invitados del Grupo Socialista al pleno en el que el portavoz Ángel Luna interpeló al presidente de la Generalitat sobre la gestión de RTVV. Apenas tres invitados socialistas pudieron seguir el pleno desde la tribuna porque la zona reservada para público fue ocupada por 40 altos cargos de la Generalitat.
El socialista Luna lamentó la "memoria selectiva" de Martínez; denunció que a lo largo de su intervención ante el presidente soportó "gestos y admoniciones de todo tipo" de los altos cargos que "a toque de pito, en tropel o cuadrilla" copaban la tribuna; y sugirió: "Los altos cargos deberían venir más a la Cámara, pero a responder, no como palmeros del presidente".
Mónica Oltra, portavoz de Compromís, reclamó a Martínez "una misma vara de medir". Oltra recordó que Alfonso Ferrada, ex alcalde de Burriana e imputado por los supuestos delitos de prevaricación, malversación, cohecho y atentado contra la ordenación del territorio, fue aplaudido en el pleno de las Cortes que le eligió senador territorial. Ferrada respondió desde la tribuna con el signo de la victoria. Nadie se quejó.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 11 de junio de 2008