El más ambicioso proyecto que promueven las consellerías del BNG para Ourense, la conversión del Val da Rabeda en "la ciudad del siglo XXI", diseñada por un equipo de arquitectos, ingenieros, sociólogos e historiadores, con 400 hectáreas de suelo industrial y presupuesto de 350 millones, cuenta con el rechazo vecinal de los habitantes de Solveria (Paderne de Allariz).
Ayer, un grupo de representantes acudió al pleno extraordinario de la Diputación con carteles en los que instaban al diálogo al vicepresidente de la Xunta, Anxo Quintana, principal impulsor político del proyecto: "Quintana, escucha a los vecinos", rezaba en las pancartas.
Los afectados, que se han constituido en comisión, distribuyeron un escrito entre los diputados provinciales denunciando que el vicepresidente de la Xunta les había manifestado que si había algo en el proyecto con el que no estuvieran de acuerdo "se modificaría". Pero los vecinos sostienen que su petición de que se cambie el trazado de conexión del vial del parque empresarial "como mínimo a 200 metros desde la última vivienda de la periferia del pueblo", se han encontrado con negativas. "Todos los intentos realizados ante Xestur, el delegado provincial de Vivenda y el director general han sido infructuosos", sostienen. Añaden que ninguna de las peticiones que expusieron se ha tenido en cuenta pese a que "Paderne es el pueblo más afectado" de los ayuntamientos implicados.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 11 de junio de 2008