El ex monarca Gyanendra de Nepal abandonó ayer el palacio real de Katmandú sentado en el asiento trasero de un Mercedes negro, entre cánticos a su favor y en contra, 15 días después de la declaración de la república y la abolición de la monarquía en el país del Himalaya. El palacio en que vivió su familia durante más de 100 años se convertirá ahora en un museo.
Cientos de personas se arremolinaron en los aledaños del palacio de Narayanhiti para despedir al ex rey, la mayoría de ellos entonando lemas en su contra.
El Gobierno interino ha acordado ceder al ex rey como residencia el que ha sido hasta ahora su palacio de verano, situado en lo alto de una colina en las afueras de Katmandú.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 12 de junio de 2008