En Osona, entre el 70% y el 80% de las explotaciones ganaderas están al límite. No entra pienso en las granjas; los animales siguen comiendo, con el agravante de que cada vez son más grandes y necesitan más sustento, y no hay camiones para llevarse la leche acumulada o los animales a sacrificar. Desde el lunes, los mataderos no reciben animales y la mayoría de las salas de despiece empezaron el miércoles a dar vacaciones a sus trabajadores.
En Lleida, el sector del porcino podría ser uno de los más perjudicados. Jordi F., propietario de una granja en Térmens con más de mil reproductoras, tenía previsto cargar tres camiones de cerdos cebados para llevarlos al matadero, pero los camiones no llegaron. Eso significa que deberá tener los animales en la granja varios días más y alimentarlos, lo cual aumentará los costes de producción. Además, los cerdos superarán el peso aconsejable y cuando puedan llegar al matadero el ganadero recibirá por ello una penalización por cada kilo de sobrepeso. L'Agudana ha dejado de sacrificar 6.000 cerdos. Y está el riesgo de que las fábricas de pienso tengan que plantearse parar la producción si no les llega materia prima.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 13 de junio de 2008