La fiesta barcelonesa no sólo está en la planta baja. Cuando llega el calor, sube varios pisos y se instala en las azoteas y las terrazas. Hace un lustro que en especial los hoteles de la ciudad han abierto su techo persiguiendo a un público que definen como cool o gente guapa, un término que aún tienen que definir o que al menos es bastante discutible. El ambiente que trata de arrastrar a este público se basa en una receta casi fija: música chill-out, tecno suave; luces tenues; bares o chiringuitos convenientemente decorados, y combinados imposibles. No todos lo consiguen y el resultado es bastante dispar.
No es el caso del hotel Axel, que logra hacer de la terraza, bautizada como Axel Sky Bar, desde un espacio envolvente, casi íntimo, hasta una verdadera fiesta. Hasta septiembre, está abierta a todos los ciudadanos cada miércoles, jueves y domingo. Su aceptación, al menos en las últimas temporadas, es más que apabullante. Basta ver las colas que a veces se forman en la puerta del ascensor para acceder a ella. Sólo por el clima nocturno y las vistas que ofrece del Eixample, merece la pena incluso subir por las escaleras.
La marca Axel se asocia inevitablemente al colectivo de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales de la ciudad, aunque sus dueños lo definen como heterofriendly, abierto a todo el mundo. El ambiente varía de acuerdo con el día. El miércoles es el día más relajado, el de bar-lounge. El sábado, el de la música popera. Si es nuevo, seguro que no suena. Y el domingo por la tarde es momento de piscina y jacuzzi mientras pincha el disc-jockey. El suelo, de madera; la piscina, con los colores de la casa en el fondo, y la iluminación consiguen hacer del Axel Sky Bar un espacio agradable y cosmopolita.
- Lo más: las vistas al Eixample, el ambiente y la música.
- Lo menos: en ocasiones está demasiado lleno y el acceso al baño es al menos costoso. Las bebidas no son muy asequibles.
- Dirección: Axel Sky Bar. Aribau, 33 (esquina con Consell de Cent). Barcelona.
www.axelhotels.com
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 13 de junio de 2008