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Crítica:FLAMENCO

La voz que acaricia

Una vez más la voz -tan dulce, tan acariciante- de Mayte Martín. En esta ocasión cantando versos del poeta malagueño Manuel Alcántara, la "banda sonora de su vida" según dijera la propia Mayte. La cantaora transformó esos poemas en canciones de un tinte pronunciadamente melancólico, bastante parecidas unas a otras, con frecuencia recitadas más que cantadas, los finales casi idénticos, con lo que no pudo evitar una cierta monotonía que de alguna manera pesó sobre todo el concierto.

No hubo flamenco en la hora que duró el recital. Echamos de menos, pues, a la Mayte Martín cantaora, tan excepcional siempre. Su canto fue sereno, pacífico, careció en todo momento de estridencias o gritos propios de lo jondo. Cantar los versos de Manuel Alcántara fue un encargo de la Bienal de Flamenco de Málaga de 2007 que sólo había hecho allí, y ahora lo retoma para el gran público. No sé si percibiría en la primera parte a la audiencia un tanto fría, porque de pronto exclamó: "¡Decidme que os gusta, por el amor de Dios bendido!", y el público sí se lo dijo, con una fuerte ovación.

alCANTARa manuel

Voz y guitarra: Mayte Martín.

Guitarra: José Luis Montón. Contrabajo: Guillermo Prats. Violín: Olvido Lanza. Percusión: Chico Fargas.

Teatro Albéniz. Madrid, 10 de junio.

Traía un grupo de pequeño formato, pero muy bueno. Ella misma aportó la novedad de tocar la guitarra, lo que hizo con suavidad y exquisitez. La otra guitarra -que era la principal, en realidad-, la de Montón, excepcional. Todos los instrumentistas estuvieron acertados, destacando quizá el violín de Olvido Lanza. Una tarde-noche seguramente para el recuerdo, aunque a mí me decepcionara un tanto. Al final tuvo aplausos y ovaciones, muchos.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 13 de junio de 2008