El Tribunal Supremo de EE UU aceleró ayer la agonía de Guantánamo al declarar que los sospechosos de terrorismo detenidos en la base militar en Cuba tienen el derecho constitucional de defenderse ante los tribunales civiles estadounidenses.
En un fallo histórico, con una ajustada votación de cinco contra cuatro, los magistrados infligieron a la Administración del presidente George W. Bush su tercera y más dura derrota judicial sobre este asunto. La sentencia del máximo tribunal garantiza que Guantánamo está políticamente muerto, y rechaza de lleno su legitimidad. Pero no asegura el fin inmediato de las audiencias militares que ahora se celebran en la isla ni que los presos vayan a ver revisados inmediatamente sus casos en tribunales federales.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 13 de junio de 2008