La soprano estadounidense Deborah Voigt, que fue despedida de la Royal Opera House londinense hace cuatro años por estar demasiado gorda para actuar en el escenario, ha vuelto a ese teatro de Covent Garden tras perder casi 61 kilos. Voigt, de 47 años, interpretó el lunes pasado el papel principal de la ópera Ariadna en Naxos, de Richard Strauss, el mismo personaje que no pudo encarnar en su día por culpa de su sobrepeso y de aquella prohibición que originó un intenso debate en el mundo operístico, con sectores a favor de la decisión del teatro, y otros, más críticos, en contra.
El exigente público que el lunes abarrotaba la Royal Opera House acogió con repetidas ovaciones el regreso de Voigt, quien ha tenido que someterse a una delicada operación de reducción de estómago para perder peso y poder volver a los escenarios.
La diva, además, consiguió lucir, el lunes por la noche, ese traje oscuro que no había podido ponerse en 2004 por culpa de los kilos de más.
De todas formas, la soprano explicó que la verdadera causa de su decisión fue su estado de salud. "Lo hice porque no me sentía bien, porque me dolían las rodillas y porque cada vez que cruzaba la calle tenía la sensación de quedarme sin aliento", declaró la cantante a la prensa antes de su actuación.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 18 de junio de 2008