El Consejero de Cultura y Medios de Comunicación, Joan Manuel Tresserras, reclamó ayer que Barcelona asuma completamente su papel de capital de la cultura catalana. A su juicio, esto permitiría exportarla con éxito aprovechando el prestigio que tiene la marca Barcelona en el extranjero. Además, abogó por coordinar las políticas culturales de la Generalitat y del Consistorio barcelonés.
Tresserras también reconoció que Joan Francesc Marco es uno de los pocos nombres que se tienen en cuenta para sustituir a Rosa Cullell al frente del Liceo. El consejero hizo estas declaraciones en la inauguración de Tribuna Ateneu, una nueva iniciativa de debate del Ateneu Barcelonès.
El encargado de presentar a Tresserras y abrir la ponencia del consejero con unas preguntas fue su antecesor en el cargo, Ferran Mascarell. Frente a un auditorio formado por profesionales de diversos sectores culturales, Tresserras defendió sus líneas políticas y repasó las dificultades que se encuentra por el camino para llevarlas a buen puerto. "Los consensos son difíciles", subrayó.
El consejero admite que Joan Francesc Marco podría ser el director del Liceo
Entre otros obstáculos también citó las limitaciones presupuestarias. Así, lamentó que la Generalitat sólo destine el 1,13% de su presupuesto a Cultura y aseguró que batallará hasta conseguir que ascienda al 2%. Del presupuesto actual, señaló, un tercio se destina a Barcelona, porcentaje que sube a los dos tercios si se incluye el área metropolitana. "El presupuesto del que disponemos es de 42 euros al año por persona", apuntó. Sobre el regreso de los papeles de Salamanca que faltan aún, explicó que cuando lleguen todos a Cataluña no habrá fiestas para celebrarlo, porque "llegan tarde y mal".
Tresserras fue muy prudente al hablar de su relación con el Ministerio de Cultura que encabeza César Antonio Molina. "Hemos hecho todo lo que hemos podido para mantener una relación de discreta cordialidad", dijo escuetamente, y anunció que los equipos del ministerio y del departamento que él dirige se reunirán cada tres meses para coordinar las políticas estatales en materia de cultura en Cataluña.
De nuevo, el consejero defendió que las ayudas públicas deben ser estructurales para los sectores, en vez de darlas caso por caso. "Nuestras industrias culturales son más débiles de lo que reconocemos habitualmente", argumentó. En el turno de preguntas, el dramaturgo Ricard Salvat le animó a renovar la directiva del Lliure y del Nacional, criticó la hegemonía de Focus y lamentó que "siempre estén los mismos" en los escenarios. Tresserras volvió a echar mano de prudencia y le respondió que la cultura catalana es tan "precaria" que no se puede desactivar lo que ya funciona.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 19 de junio de 2008