Fue una imagen de dibujos animados. Y no por surrealista menos peligrosa. Un remolque repleto de equipaje circuló cerca de 400 metros por la M-30 -a la altura del barrio de la Estrella- después de desprenderse de un autocar que cubría el trayecto entre Bruselas y Granada y en el que viajaban 40 personas de nacionalidad marroquí. La inercia provocó que el remolque estuviera incluso a punto de adelantar por la izquierda al autobús.
Sin embargo, el conductor del autocar estuvo rápido. Tras ver el remolque avanzar por el retrovisor decidió empujarlo hacia el muro que hacía las veces de mediana. La maniobra permitió detenerlo, aunque provocó que toda su carga quedara desperdigada por los tres carriles de la vía. En su mayoría eran maletas, pero también había cabeceros de cama, una nevera, ollas a presión y hasta un reloj de cocina.
Los bomberos del Ayuntamiento de Madrid tuvieron que emplearse a fondo para retirar tanto el remolque como todos los enseres tirados en la calzada. Una hora después del incidente volvieron a abrirse dos de los tres carriles cortados.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 23 de junio de 2008