"Todo Sanse salió a buscarlo", resumía Miguel, de 18 años, desde la plaza de la calle de Postas de San Sebastián de los Reyes, donde Cristian C. R., de 17 años, fue asesinado en la madrugada del domingo. El perseguido era el asesino de Cristian. "Nos enteramos de que la policía estaba investigando una casa por aquí cerca, donde vivía el que pinchó a Cristian", dice.
Después de comer, según varios testigos, todos conocían la noticia de la muerte del joven de 17 años en el hospital Infanta Sofía, donde había ingresado grave a causa de una puñalada. "La calle donde vivía el que lo mató se empezó a llenar de gente. Iban a por él. Si le hubiesen pillado, no hubiese salido de ésa. Había más de cien personas cabreadas", asegura Miguel.
"Íbamos al instituto juntos", resume otro chico, menor de edad. "Cristian no era un chico que tuviese problemas con nadie, pero tampoco era de los que huían", cuenta. La mayoría de los chicos que le conocían son menores. "Que no vuelva. Y si lo hace, que no le veamos", aseguraba poco después otro joven, refiriéndose al supuesto asesino, S. E. L. P., de origen guatemalteco y detenido el lunes.
Los muchachos coinciden en señalar que no les mueve el racismo. "Para nada tiene que ver con que el que lo mató sea latino", dicen. "Cristian no era nazi y tenía amigos de todos lados. Tiene que ver con que ese tío lo ha matado. Por eso iban a por él".
Ayer, los familiares y amigos de Cristian asistieron a su entierro en el cementerio municipal de San Sebastián de los Reyes. Muchos, compañeros de instituto. También el alcalde del municipio, Manuel Ángel Fernández, y el concejal de Seguridad Ciudadana, Jorge Calderón.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 25 de junio de 2008