Después de un complejo congreso dedicado sobre todo a distanciarse del aznarismo y la imagen de la oposición dura que centró los últimos cuatro años, la nueva y victoriosa dirección del PP se empeña ahora en dejar claro que no va a traicionar las esencias del partido. Se trata, según coinciden varios diputados, de ampliar el espacio por el centro pero sin descuidar a los votantes españolistas que podrían escaparse a UpyD.
El primer discurso de la nueva secretaria general, María Dolores de Cospedal, ya estuvo plagado de referencias a España y a la unidad de la nación. Pero esta semana el PP ha intensificado esa idea.
El partido que dirige Mariano Rajoy anunció ayer que se adhiere al Manifiesto por la lengua común, un texto promovido por el filósofo Fernando Savater y alentado por UpyD, el partido de Rosa Díez, rival electoral del PP, en el que se solicita al Parlamento español "una normativa legal del rango adecuado" que garantice los derechos educativos y cívicos de quienes eligen el castellano como vehículo preferente de expresión, comprensión y comunicación.
Por si fuera poco, Javier Arenas se reunió ayer en Sevilla con Antonio Basagoiti, el que será líder del PP vasco en pocas semanas, para presentar una proposición de Ley de Medidas a Favor de las Víctimas del Terrorismo que será debatida en el Parlamento andaluz y todos los ayuntamientos de esta comunidad.
Mientras, Rajoy se desvinculó de nuevo de su mentor, José María Aznar. ¿Con qué rima Aznar? le preguntaron en la Cadena SER, ¿con molestar o aportar? "Con molestar desde luego no, rima con no estar, no está en política", respondió. También dijo que el marianismo se resume en cuatro palabras: "Centro, mujeres, diálogo y futuro".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 26 de junio de 2008