Le Nozze di Fígaro, de W. A. Mozart, primera de la trilogía firmada con Lorenzo da Ponte como libretista, vuelve esta tarde al Palacio de la Ópera de A Coruña tras el éxito de su estreno del miércoles. La escenografía de Ezio Frigerio, de gran sobriedad, permite un desarrollo pleno de movimiento a la acción teatral.
La dirección escénica de Giorgio Strehler fue creada en 1973 para el Teatro de Versalles. Los caracteres y situaciones teatrales del tema, elevados al máximo rango musical por Mozart, brillan en la versión de Strehler, recreada por Marina Bienchi con una dirección de actores magistral que permite a cada miembro del elenco desarrollar al máximo sus dotes teatrales. La luminotecnia de Giovanni Mantovanini tiene una importancia teatral clave en la producción, realzando sus perspectivas y contrastes. El vestuario de Franca Squarzapino es rico y adecuado a la versión de Strehler.
Víctor Pablo Pérez, director musical de la función, declaraba antes del estreno que el elenco reúne unas "características vocales y dramáticas cercanas a lo ideal". Pleno en lo actoral. En lo vocal destacó la parte femenina. Myrtò Papatanasiu es una Condesa de libro en Porgi amor... y, especialmente, en un Dove sono... que levantó la mayor ovación individual de la noche.
Brillante Elena de la Merced como Susana; su Deh vieni, non tardar... de una delicadeza extrema; estuvo acertadísima Elena Belfiore como Cherubino y fue un descubrimiento la Marcellina de Marta Mathèu. Lucio Gallo, de poderosísima voz, hizo un Conde con alguna brusquedad y al Fígaro de Lorenzo Regazzo sólo le faltó un poco más de carne en el registro bajo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 27 de junio de 2008