La celebración de la victoria de España acabó ayer en una batalla campal con coches quemados, marquesinas destrozadas y cristales por doquier en la zona de Alonso Martínez. Al borde de la una de la madrugada, este lugar parecía una suerte de vertedero, con cristales rotos, contenedores volcados y restos de basura esparcidos por el asfalto.
Todo empezó a las once y media de la noche en la esquina de la calle de Sagasta con la plaza de Alonso Martínez. Allí, ya finalizado el partido, un grupo de unos 40 jóvenes la emprendió a botellazos con los agentes de la Policía Nacional.
Los antidisturbios respondieron lanzando pelotas de goma. Los ciudadanos que se encontraban en la zona celebrando la victoria se vieron inmersos en la carga policial, y, al huir del lugar, algunos cayeron encima de los cristales. "Unos pocos os tiran botellas y nos joden la fiesta a todos", le recriminó un joven a un policía. Mientras, otros jóvenes menos tranquilos se liaban a patadas con un parquímetro, al grito de "campeones, campeones". Acto seguido destrozaban el escaparate de una peluquería y se llevaban los sprays.
Cerca de las tres de la madrugada, el saldo de los disturbios era de 120 personas atendidas por el Samur, una de ellas un joven con traumatismo craneoencefálico grave. Otras 25 tuvieron que ser trasladadas al hospital. "Los atendidos han sido por golpes, cortes provocados por cristales, lipotimias e ingestas de alcohol", explicó un portavoz de Emergencias.
Una hora más tarde, a la una de la madrugada, el ambiente se había calmado. Pero aún quedaban 12 lecheras de los antidisturbios en la plaza de Alonso Martínez y se seguían escuchando pelotas de goma, sirenas de la policía y de algún coche de bomberos. Aún así, todavía había muchos que tenían gana de juerga. Poco después, los altercados se trasladaban hacia la cercana glorieta de Bilbao. Allí, pequeños grupos de jóvenes intentaron cortar el tráfico. La policía lo impidió y los chicos les tiraron botellas de vidrio y trataron de hacer pequeñas barricadas.
También hubo incidentes en algún punto menos céntrico, como la calle del General Ricardos (Carabanchel), donde un grupo de personas apedreó un autobús con pasajeros. Los viajeros debieron abandonar el vehículo, que fue retirado a las cocheras. En la plaza Elíptica (Usera) grupos de jóvenes rompieron los retrovisores de los coches que circulaban a última hora de la noche.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 30 de junio de 2008