La Bolsa española ha cerrado el primer semestre con datos de auténtica crisis, ya que el Ibex 35 cae el 20,66%, su peor registro histórico. El mes de junio, debido a la escalada del precio del petróleo y a la acumulación de problemas en el sector financiero, ha aportado algo más de la mitad de la caída, con el 11,43%.
En esta última sesión, el precio del petróleo volvió a recordar a los inversores que la especulación continúa apretando y que seguirá así hasta que otros productos financieros ofrezcan una buena ocasión para el traspaso de fondos.
El barril de petróleo superaba en Londres y Nueva York los 143 dólares, nuevo máximo histórico, aunque a última hora los precios se situaban en torno a los 141 dólares.
El Ibex 35 fue perdiendo altura a medida que avanzaba la sesión hasta rebotar casi en el mismo punto que el pasado viernes, 11,874,50 puntos, lo que, en otras circunstancias, podría tomarse como una posibilidad de rebote. En estos momentos, y debido a la influencia de factores externos a la renta variable, nadie aventura un pronóstico a corto o medio plazo, y sobre todo cuando es el sector bancario uno de los más afectados por los recortes.
Analistas e inversores han recordado, aunque tarde, que las necesidades de financiación de la banca española van a pasar factura, lo cual provocó nuevos recortes sin que los inversores tomaran en cuenta que la rentabilidad por dividendo de los tres principales bancos españoles está por encima de la inflación actual.
Las dudas sobre la capacidad de la Bolsa para aguantar en estos niveles hacen que el dinero se mueva con más soltura, aunque siempre a muy corto plazo. La contratación en el Mercado Continuo subió hasta 5.378,96 millones de euros, de los que 3.661,24 millones procedían de las operaciones del "mercado abierto". Aunque la concentración fue menor que en otras ocasiones, entre sólo cinco valores negociaron el 60% del total.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 1 de julio de 2008