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Detenido el sobrino de una anciana asesinada en su casa de Santiago

La mujer, de 83 años, fue hallada con un fuerte golpe en la cabeza

Una mujer de 83 años, Manuela Barreiro Veiras, fue encontrada ayer sin vida en su domicilio de Santiago con un fuerte golpe en la cabeza. Agentes de la policía detuvieron poco después a un sobrino de la víctima, J. M. G. P., que presuntamente, según fuentes policiales, podría haber sido el autor de la muerte cuando entró en la vivienda para intentar robar a su tía, que era viuda y vivía sola.

La voz de alarma la dio la asistenta que trabaja en el piso de arriba, donde viven familiares de la víctima, alrededor de las 9 de la mañana. Según explicó uno de ellos, cuando la mujer se dirigía a su puesto de trabajo, vio "sangre en las escaleras" que conducían a la vivienda de la fallecida.

Los servicios de emergencias encontraron el cadáver semidesnudo de la anciana en la cocina y, seguidamente, la policía científica acudió al lugar. La entrada al edificio estuvo precintada hasta cerca de las 12,30 horas cuando, tras la llegada del juez, se procedió al levantamiento del cadáver. La policía científica permaneció en el interior del edificio hasta las 2 de la tarde.

"Parece que fue un robo"

Según el relato de Manuel Calvo, uno de los familiares de la víctima y propietario de la vivienda que ocupaba la anciana, "el golpe se lo dieron en la sala y la arrastraron a la cocina". Fuentes de la investigación indicaron que lo más probable es que la la víctima apareciese semidesnuda como consecuencia de haber sido arrastrada por la casa, por lo que la agresión sexual quedaría, a falta de la autopsia, prácticamente descartada.

"Tuvo que ser ayer por la tarde", barajaba la familia, aunque todavía no se había determinado la hora del crimen. Según indicaron, la última vez que se le vio con vida fue el pasado domingo, cuando una vecina aseguró haberse cruzado con la víctima cuando ésta volvía de la misa de las 10 de la mañana.

"Parece que fue un robo", señaló ayer uno de los sobrinos políticos. La puerta de la entrada no presentaba signos de haber sido forzada, lo que llevó a Calvo a pensar que "o la engañaron y le abrió ella, o le entraron por la parte de atrás". "Es fácil entrar en la casa por la parte de atrás", reconoció el familiar, quien destacó el carácter "confiado" de la anciana. "Poca gente tenía las llaves de la casa", explicó otro.

Decenas de vecinos del barrio de Basquiños se mostraron sorprendidos a su paso por la calle donde se produjo el asesinato, al ver a la policía y los medios de comunicación congregados frente al edificio, en una ciudad muy poco acostumbrada a este tipo de sucesos. La concejala de Seguridad Ciudadana, Marta Álvarez-Santullano, matizó que Santiago "es una ciudad tranquila" y que este "no es un hecho agradable".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 1 de julio de 2008