El primer trabajo que el italiano Giancarlo Candiano encontró tras la academia cinematográfica de Barcelona fue de cámara... porno. A sus 33 años, es un premiado director de cine. Su última película, Mi padre, obtuvo 16 galardones internacionales en 2007. La semana pasada dirigió un taller sobre cine X en el Festival Erótico de Madrid.
Pregunta. ¿De qué va su última peli?
Respuesta. Mi padre es una historia de superación. Trata de un hombre que persigue sus sueños pero al final muere.
P. Ya nos ha fastidiado el final... ¿Qué quería ser de pequeño?
R. Abogado, como mi padre. Nunca pensé que me dedicaría a esto. Veía porno, como todos, pero nunca he sido pajillero.
P. ¿A quién le gustaría fichar para su próxima película?
R. Por pedir..., a Monica Bellucci.
P. ¿Ve a algún político con aptitudes?
R. No. No saben hacer nada.
P. ¿Qué debe tener un buen director de cine porno?
R. Criterio cinematográfico, paciencia y mano dura, que hay algunos actores y actrices muy caprichosos.
P. Todos quieren dar el paso al cine convencional. ¿Para qué?
R. Es el sueño de todos. Yo ahora estoy rodando un drama con mi mujer, Wilma González. Ella es Miss Playboy.
P. ¿Qué tal vive un director de cine X?
R. Bastante mal. Hemos pasado épocas mejores. El cine porno está muerto. Internet y las producciones caseras nos amenazan. No hay dinero, no hay rodajes... También hay crisis en esto.
P. ¿Cómo es la trastienda de este negocio?
R. Entusiasmante, pero un poco cutre.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 1 de julio de 2008