El cierre del anterior semestre se desveló ayer como el único factor que ha mantenido a los mercados de valores a salvo del desastre. Una vez cerrada esta primera parte del ejercicio, los gestores han competido en velocidad para deshacerse de las acciones, lo que provocó una importante caída de las cotizaciones.
El Ibex 35 perdió el 2,29% para cerrar en 11.770,90 puntos, aunque en los peores momentos del día llegó a caer hasta los 11.642,30 puntos. El índice de los valores medianos bajó el 2,23% y el de los pequeños el 3,70%.
En Europa, sólo la Bolsa de Francfort se libró de perder más del 2% debido al dato del paro en Alemania, cuyo índice bajó en junio al 7,5% desde el 7,9% de mayo. La economía alemana está ofreciendo algunos datos que permiten pensar que la crisis va a ser menor en aquel país y la Bolsa los está valorando.
Las estimaciones que hizo ayer el ministro de Economía sobre el crecimiento del PIB en los próximos meses no aportaron ideas nuevas a los inversores, que ya se han puesto en lo peor y sólo piensan en el momento en el que el Ibex 35 puede tocar fondo en su caída, algo que ahora mismo nadie se atreve a predecir.
El precio del petróleo, convertido en una variable tan dominante como independiente, mantenía ayer un tono indeciso que, sin embargo, no le dejaba bajar de los 142 dólares el barril, justo en el momento en el que se discute cuál de los factores que mueven el mercado -oferta, demanda y especulación- tiene más peso en la actual coyuntura.
La contratación subió en el Mercado Continuo por tercer día consecutivo, superando los 6.000 millones de euros para el conjunto del mercado, debido a operaciones "de bloques" sobre BBVA, Repsol YPF, Iberdrola y Endesa por casi 2.000 millones de euros. Las operaciones del "mercado abierto" subieron hasta 3.722,91 millones de euros, con cerca de dos tercios del total negociado por cinco valores.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 2 de julio de 2008