La economía estadounidense siguió destruyendo empleo en junio, y por sexto mes consecutivo. En total se eliminaron 62.000 puestos de trabajo, mientras que la tasa de paro se mantuvo estable en el 5,5%. El deterioro del mercado laboral podría ser un factor que obligue a la Reserva Federal (banco central) a pensárselo dos veces antes subir los tipos de interés, ahora en el 2%.
La debilidad del empleo, combinada con el alto precio de la gasolina y el sector de la vivienda en convulsión, está minando la confianza y afectando al consumo. Las empresas, entretanto, recortan costes para hacer frente a la crisis. La peor parte se la llevó el sector inmobiliario, con 43.000 empleos perdidos en junio.
El primer semestre de 2008 se cerró así con 438.000 empleos destruidos, a una media de 73.000 al mes, cuando hace un año se creaba una media de 91.000 puestos de trabajo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 4 de julio de 2008