El Gobierno italiano declaró ayer el estado de emergencia de las ruinas de Pompeya, uno de los tesoros culturales más importantes del mundo. Un portavoz anunció que se designará a un comisario para supervisar el lugar, afectado por décadas de dejadez.
Un reportaje publicado el jueves en el Corriere della Sera había constatado que muchas de las 1.500 casas del enclave, incluidas algunas de las más famosas, están cerradas y que las labores de restauración que iniciaron en 1978 aún no se han concluido. El estado de emergencia, que según el Gobierno duraría un año, permite que se aprueben medidas especiales para proteger el lugar.
Pompeya, la ciudad romana sepultada por una erupción del Vesubio en el año 79 después de Cristo, es visitada por 2.500.000 de turistas cada año. Sus ruinas ocupan 40.000 metros cuadrados y están declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 5 de julio de 2008