Fue un viernes como tantos otros. Pero pudo ser trágico. Fernando Alonso rompió el motor de su Renault a falta de 30 minutos para la conclusión de la primera sesión de entrenamientos libres del Gran Premio de Gran Bretaña y aparcó su vehículo en las cercanías de la curva Stowe del circuito de Silverstone, sin saber que había dejado en la pista un reguero de aceite. Se bajó del coche y comenzó a andar por detrás de los neumáticos que protegían el muro en busca de alguien que le acercara de regreso al paddock. Y entonces pudo ver muy cerca cómo el brasileño Felipe Massa, líder del campeonato, perdía el control de su Ferrari al reducir sobre el aceite para afrontar aquella curva, y cómo su monoplaza se estrellaba en la zona de neumáticos por la que él estaba cruzando.
"No temí por mi físico", comentó después Alonso. "Pero estaba a unos 10 metros de donde se produjo el impacto. Caminaba por detrás de los neumáticos buscando un lugar seguro en el que esperar que alguien me recogiera. Le pregunté [a Massa] si estaba bien, porque vi que el accidente había sido fuerte. Y poco más. No me había dado cuenta de que estaba perdiendo aceite desde hacía unos 300 metros. Noté que se rompía el motor del R28 cuando estaba entrando en la curva y seguí recto".
Massa conducía a 210 kilómetros por hora cuando el aceite le hizo perder el control de su Ferrari. A pesar de que la escapatoria era larga, el monoplaza del brasileño recorrió en segundos los más de 50 metros que le separaban del muro de neumáticos de protección. Su coche impactó por la parte trasera derecha y quedó destrozado. Pero él salió por su propio pie, ileso. "En mi carrera he sufrido incidentes bastante peores", zanjó Massa.
La situación acabó siendo bastante más preocupante para Alonso que para Massa. El español concluyó la segunda sesión en 15ª posición, a 1,5s del McLaren de Kovalainen (1º), pero sólo a tres décimas del Ferrari de Raikkonen (12º). "Hemos rodado bastante cargados en la segunda sesión [en la primera había sido sexto, a 8 décimas de Massa] y la lectura es difícil. Prefiero valorar que estamos cerca de Raikkonen", afirmó Alonso. El problema latente, para Renault, es que en pocas semanas han roto seis motores, casi todos en entrenamientos privados o los viernes. "Los ingenieros saben muy bien los motivos y no les preocupan", dice Alonso, que desea que hoy llueva en Silverstone para paliar sus deficiencias técnicas. Para Massa la situación es menos comprometida: su Ferrari no está a punto, pero sigue siendo el mejor coche del paddock. Aunque ayer los McLaren funcionaron mejor.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 5 de julio de 2008