Una serie de siete explosiones casi simultáneas sacudió ayer Karachi, la capital financiera de Pakistán, con 12 millones de habitantes. Al menos una persona resultó muerta y otras 50 heridas, entre ellas ocho niños. Algunos heridos se encuentran en estado crítico, aunque las bombas eran pequeñas y causaron escasos daños materiales. "Los artefactos eran de baja intensidad y no han causado grandes desperfectos. Pretendían desatar el pánico en la ciudad", declaró un oficial de la policía de Karachi al canal de noticias en inglés Dawn. Añadió que las bombas estallaron en barrios habitados mayoritariamente por pastunes, la etnia más cercana a los talibanes.
Las explosiones se produjeron al día siguiente de que un atentado matara a 19 personas, 15 de ellas policías, en Islamabad, poco después de que los agentes dispersaran una manifestación de islamistas que conmemoraban el aniversario del asalto a la Mezquita Roja de la capital paquistaní.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 8 de julio de 2008