En principio fue negro: un traje discreto, serio, disimulador de manchas... Ahora el frío se viste con una paleta de colores: amarillo como el vino blanco, burdeos como el vino tinto, verde para recordar al cava, dorado y plata para que el glamour de las fiestas no decaiga. Las fundas enfriadoras, que propone Screwpull, se adaptan al verano, al momento de uso, a las cocinas con poco espacio para cubiteras y a las medidas de las botellas. Su tamaño es universal, tanto para vino como cava, porque disponen de laterales elásticos y cubren el cuerpo de las botellas de 75 centilitros. Tapa prácticamente toda la botella, desde la base hasta el cuello. En 30 minutos logra que la bebida esté a menos de 5O y mantiene esa temperatura durante más de hora y media. Para las botellas más pequeñas, de 30 o 50 centilitros (cervezas, aguas, refrescos y benjamines), hay disponibles unas minifundas, también en colores. El precio de las fundas grandes es de 13 euros y 9 euros las pequeñas. www.screwpull.es.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 11 de julio de 2008