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CARTAS AL DIRECTOR

Moral y mercado

Tiene toda la razón del mundo Gabriel Jackson, en Sobre la moral y el mercado (EL PAÍS, 13-7-2008), cuando afirma que el capitalismo de mercado abandonado a sí mismo, a sus solas fuerzas, tiende a crear graves problemas, como se ha puesto claramente de manifiesto con las hipotecas basura en EE UU, que tan negativamente están afectando a la estabilidad del sistema financiero internacional.

Tiene también toda la razón del mundo cuando afirma que sólo la intervención decidida del Estado para regular el mercado -mediante un marco legal adecuado, y para proveer inversiones públicas en educación, sanidad y seguridad social tendentes a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, financiadas mediante un sistema fiscal en el que prevalezcan los impuestos directos y progresivos sobre la renta y la riqueza (que más paguen, en porcentaje de su renta y de su riqueza, los que más ganen y los que más tengan)- puede introducir cierto orden en el sistema y paliar las profundas desigualdades que genera. En definitiva, corresponde al Estado moralizar un mercado que "si no se regula, es completamente amoral".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 21 de julio de 2008