Israel canjea presos por cadáveres. Hezbolá entrega los cuerpos de dos soldados capturados antes de la guerra de 2006. El Gobierno de Olmert deja en libertad a los últimos cinco prisioneros libaneses. Después de estos patéticos canjes, tal vez se iluminen las partes del conflicto árabe-israelí y se den cuenta de que estos resultados son muy magros. La libertad y dignidad de los pueblos se consigue cuando las dos partes respetan sus vidas. Canjes como éstos son la demostración de un gran fracaso.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 21 de julio de 2008