En EL PAÍS del martes 22 de julio se publicó la noticia de que el Ministerio de Industria, a raíz de una denuncia impuesta por el Consejo Audiovisual de Cataluña, había puesto en marcha procedimientos sancionadores a La Sexta por la difusión de "referencias explícitas a actos sexuales y contenidos pornográficos" en horario infantil.
Ese mismo día, en el telenoticias del mediodía de la televisión autonómica de Cataluña (TV-3) difundieron la imagen de un rehén ametrallado por la espalda por un soldado, y justo el día anterior la de un soldado israelí disparando al pie de un detenido que tenía las manos atadas y los ojos vendados. No hace falta decir que estas imágenes emitidas en la sobremesa eran de una brutalidad y crueldad exageradas.
Los responsables de velar por la moralidad e integridad mental de nuestros menores tendrían que hacer una reflexión sobre qué es lo que prefieren para estos menores una vez se hayan hecho adultos: que mantengan relaciones sexuales sanas y satisfactorias sin miedos ni tabúes, o que estén insensibilizados ante la violencia y asesinato de otro ser humano.
Ya es hora de que el sexo deje de ser amoral y la violencia no.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 23 de julio de 2008