Desde hoy, el aeropuerto madrileño de Barajas cuenta con 44 camas más para alojar a los viajeros que son rechazados en el control de inmigración y 34 para los que esperan asilo político. Se encuentran en la T-4 y complementan a la llamada Sala 3, con 80 plazas, y que, según denuncian los colectivos de inmigrantes, se encuentra hacinada.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 29 de julio de 2008