Tres mujeres suicidas se hicieron estallar ayer en Bagdad en medio de una multitud de peregrinos chiíes que se dirigían al santuario de Kadamía. Mataron al menos a 28 personas y dejaron heridas a casi 100. Mientras, en la norteña ciudad petrolera de Kirkuk, otro suicida activó una bomba que mató a 25 personas que asistían a una manifestación contra la ley electoral. Según la policía, otras 150 resultaron heridas.
La serie de atentados en Bagdad y Kirkuk convirtió la jornada de ayer en una de las más sangrientas de los últimos meses y dio un baño de agua fría al optimismo del Gobierno iraquí y de la Administración de George Bush sobre la evolución de la violencia en el país.
Las explosiones en Bagdad ocurrieron en el céntrico barrio de Karrada, que muchos peregrinos atraviesan para llegar a Kadamía. El Gobierno prevé que entre ayer y hoy acudan al santuario, en el norte de la capital, más de un millón de personas. En Kirkuk, la bomba explotó cuando miles de personas, en su mayoría kurdos, protestaban contra la ley sobre elecciones provinciales.
Últimamente, Al Qaeda ha incrementado el uso de mujeres para cometer atentados, ya que las medidas de seguridad que se les aplican son menores que las de los hombres. En 2008 son ya 20 los atentados cometidos por mujeres en Irak.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 29 de julio de 2008