He dedicado parte de este mes de julio a trabajar como voluntario en la organización de la Olimpiada Matemática Internacional de Bachillerato, celebrada en Madrid. Además de conocer jóvenes muy interesantes de distinta procedencia, he podido observar de cerca el trato que los medios de comunicación dispensan a este tipo de eventos. Mi sorpresa inicial al constatar la existencia de cierto interés mediático se convirtió en indignación y horror en cuanto comprobé cuál era la principal tarea de los reporteros allí destinados. Con preguntas como: "¿Te consideras un bicho raro?", "¿tus amigos te tratan como a alguien normal?" o "¿tienes amigos?", los periodistas se dedicaron sistemáticamente a estigmatizar, señalar como inadaptados sociales y humillar públicamente a un grupo de chavales cuyo único delito es tener talento para las matemáticas.
A estas alturas ya no soy lo suficientemente ingenuo como para intentar que cambien su forma de tratar a los alumnos inteligentes o estudiosos, así que simplemente les pediré otra cosa. La próxima vez que quieran hallar los culpables del retraso científico de España o del desenlace trágico de un caso de acoso escolar, no piensen en el botellón y los videojuegos violentos ni se limiten a señalar a la LOGSE o a la pérdida de la tan cacareada "cultura del esfuerzo". Busquen también en sus redacciones.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 29 de julio de 2008