Yo creía que la expresión "por la fresquita" existía o había existido en el argot sevillano, pero mi hermano José Manuel me dice que no le consta; en mi recuerdo o en mi imaginación, "la fresquita" era ese momento en que la gente en Sevilla, después de un día de plomo líquido ardiendo, salía de sus casas y se echaba a los parques, a las calles y a los cines de verano a respirar al fin del día. Había una bajada leve de temperatura y se levantaba una leve brisa. Yo quedaba con mis amigos en los jardines de Cristina, al lado del río, y paseábamos a lo largo de él. Las golondrinas salían despavoridas ocupando todo el aire. El sol se iba a dormir a Los Remedios. / Luis Gordillo es artista plástico.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 3 de agosto de 2008