Un total de 400 pasajeros, la mayoría rusos, embarcaron ayer rumbo a Moscú tras permanecer 30 horas retenidos en Barcelona. Una avería en una ventanilla del aparato de Transaero en el que debían volar el sábado por la noche obligó a trasladar a los pasajeros a dos hoteles cercanos al aeropuerto. "Nos dijeron que el domingo por la mañana saldría el vuelo, y lo han ido atrasando hasta la medianoche", narró ayer Pere Fontanals, uno de los pasajeros del avión. Al cierre de esta edición la salida del vuelo estaba prevista para las dos de la madrugada.
La mayor parte de viajeros son turistas que habían pasado las vacaciones en la Costa Dorada. "Hay pasajeros que empezaban a trabajar hoy y otros que han perdido vuelos de enlace a otros puntos de Rusia", lamentó Marianna Soldatova, otra viajera.
Pasajeros alterados
Además del problema de ver alterado su calendario de vacaciones y de regreso a su país de origen, los viajeros se quejaron de la falta de información por parte de la compañía. La desconfianza se acrecentó cuando llegó la hora de abandonar el hotel para partir rumbo al aeropuerto. Algunos pasajeros, visiblemente alterados, conminaban a no subirse a los autobuses que los trasladaban a El Prat hasta que la compañía les diera explicaciones. "Es normal que estén enfadados, llevan muchas horas aquí y quieren volver a casa" aseguró Jordi López, director de uno de los hoteles que hospedaron a los pasajeros. Los Mossos tuvieron que acudir a otro hotel porque un viajero, con síntomas de haber ingerido alcohol en exceso, apuntaba una conducta violenta.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 4 de agosto de 2008