Ya en el año 2003, algunas voces expertas en economía alertaban sobre la debilidad del modelo económico español. Los tipos de interés bajos contribuyeron a la eclosión del boom inmobiliario y a una acentuada propensión al consumo; han sido 15 años de crecimiento económico, pero con importantes vicios ocultos. La perspectiva de elevados y rápidos beneficios derivó en una desmesurada asignación de recursos en el sector inmobiliario, en detrimento de otros sectores de mayor valor añadido. Paralelamente, la inversión en educación, formación e I+D+i ha sido insuficiente para transformar la economía española en un sistema productivo de mayor calidad. El efecto de la inmigración en el crecimiento ha retardado el final del sueño. Esta crisis es una oportunidad para reestructurar y mejorar el patrón de crecimiento. ¿Seremos capaces.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 5 de agosto de 2008